Por. Yania Salazar
La peor historia de odio ha sido en contra de la mujer.
La misma genealogía humana condenando la debilidad cuyo símbolo es una mujer, calificada como bruja por la infamía, la réplica es plena, el no reconocimiento de los derechos civiles cuando no se le permitía votar, cuando las leyes no le protegía a pesar de ser la responsable de traer hijos al mundo aceptando ó no su estado y su decisión.
Y a todo esto súmese la desidia de la guerra abrupta con que en medio de la guerra era tratada, la mujer ha sido utilizada, esclavizada, dominada y apenas hoy se reconoce su notable función social y aún eso es para acusarle de la traición a los principios éticos y morales en el caso de la educación de los hijos, y para reclamarle su uso el abuso de sus encantos para seducir y luego cargar con la culpa de un rompimiento afectivo y controlar la fidelidad.
Y es que por probar el fruto prohibido primero dicen se condenó y ahora es víctima de abusadores, de golpeadores, de amantes irresponsables, de gente que le ve con lástima sincera y debilidad absoluta. Son pocos los que saben tratar a una mujer, porque si no es con los actos con la palabra hieren, pero nadie tiene el derecho sobre nadie y tarde o temprano la balanza será equilibrada por la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario