Por. Yania Salazar
Todas las cuestiones se aproximan a este dilema, muchas personas se dejan influenciar del miedo ageno, un tipo de histeria colectiva que se aglomera en una incertidumbre sobre qué camino es el más conveniente.
El evento magistral es que cada quien tiene una misión en el mundo ¿cuál es? nadie sabe hasta que de repente en medio de la vida surge algo, la educación de los humanos está mal dirigida, mal enfocada ya que se limita a repetir, a memorizar línea tras línea sin evolucionar a otra forma de ver las cosas.
Las pruebas internas y exámenes académicos se limitan a evaluar partes cognitivas temporales del ser y no profundizan en destacar logros ni fortalezas, por tanto el chico promedio tiene problemas para definir su profesión ó medio de subsistencia. Los sistemas de promoción y prevención están fallando de forma que la gente aún no es consciente de a dónde le llevarán sus hábitos y comportamientos y todo se recarga en disciplina como la Psicología que viene a tratar de sacar a flote a pacientes con grados de angustia existencial extremos, con un cuadro dramático que quieren certeza de lo que les podrá ocurrir en el futuro si se fían de esas actitudes.
El pronóstico es reservado en tanto se conserven todavía reserva sobre distintos temas; la juventud estará sometida a consumir su energía en labores y procesos repetitivos, la prohibición de vivir y de saber más, la responsabilidad sobre otros a corta edad y duele decirlo pero la adicción a un sistema cuyos medios de comunicación se lavan las manos mientras la verdad se oculta tanto como en la Santa Inquisición.
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