Dicen que una mujer se viste bien para otra mujer, porque los hombres pocas veces se fijan en algo en particular; a ellos lo que les interesa es lo físico corporal, y en pleno siglo XXI tenemos que abusar de tratamientos de belleza y cirugías estéticas para ser aceptadas en los círculos que valoran la moda y lo perfecto. Esculpir un cuerpo con fines de conquista, de muestra, de adorno (entre comillas) parece una mala inversión porque los años pasan y lo que antes no era tan visible ahora es evidente, lo que si defiendo es el cuidado del cuerpo por cuestión meramente de salud y conservación. A este lado en mi posición de mujer casada y con un hogar estable no logro definir bien el paradigma que mueve a mis amigas que hacen verdaderos sacrificios por parecerse a las modelos de las revistas y asistir a incontables sesiones de bronceo, depilación y masajes cuyas secuelas se ven reflejadas en moretones y quemaduras. Tampoco puedo decir mucho de lucir una vestimenta moderna cuando la envidia corroe es por dentro y todo lo ejemplar va por el mismo lado.
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