Por Aley Escobar
Apenas vivimos lo suficiente, no nos conocimos,
ambos en este espacio nos juramos lo imposible,
si irnos: volver. Si odiarnos: comprendernos.
Rodar por el mundo sin estorbarnos el paso.
Supimos la suerte que es es negra y se empecina,
la soga al cuello y las rosas en cada pecho,
débil latiendo el amor definitivo sin bendición,
la oscura ración de abandonarnos al cielo.
Seremos en otro tiempo y otro espacio lejos,
nos extrañaremos hasta el fin de los tiempos.
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