Nadie debería obligar a nadie a querer. Y hablo de amor en todas sus condiciones. Aunque sea difícil como Mamá, sé que pasa cuando un hijo te dice que no te quiere ya sea porque no le diste permiso para ir a la excursión, ya sea porque le diste un castigo ejemplar, pero el decir es solo eso, a veces con actos tus hijos te lo demuestran, la capacidad humana para odiar parece infinita. Mi amiga Magdalena vivió la situación cuando se embarco en una relación sentimental que le llevo a un matrimonio convenido o arreglado por sus propios padres, y todo bajo la premisa de que el amor tarde o temprano surgirá. Yo me digo que si hemos sido capaces de inventar algo como el tiempo ¿por qué no podemos inventarnos también una felicidad con lo que tenemos?. A veces las personas simulan y a la vista de todos parece que así nacieron, pero hay espíritus muy nobles que deambulan entregando su felicidad a otros sin tener mayor interés que el de forjar fuerzas voluntarias de amor y luchan en contra el odio que parece cernirse cada vez que alguien dice "te amo".
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