En parte el matrimonio comulga con hacer una "propiedad privada" de la persona, y es cuando en pleno compromiso es necesario pensar que responsabilidades nuevas acarrea el hecho de unirse a otra persona. Por la amistad que me une a amigas de la infancia he sido testigo del hundimiento de sus matrimonios a pesar de tener una bonita afinidad pero de un momento a otro la crisis estalla y cada quien queda a la deriva; ese escenario es trágico para mí a pesar de ya haber recreado en mi mente sobre cómo enfrentaría una eventual separación. Mi marido y yo más de una vez hemos hablado sobre la posibilidad de que la rutina termine consumiéndonos ó que aparezca otra persona u otra oportunidad laboral que imposibilite continuar juntos, a pesar de todo seguimos sin prometernos el amor eterno que sabemos solo existe en los cuentos, pero conformes con lo que día a día logramos juntos en pro del compromiso que adquirimos siendo padres, creo eso es lo que vale.
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