sábado, 16 de noviembre de 2013

EL SEXO Y EL PUEBLO

Regresé a mi pueblo y noté como había crecido en proporción acelerada como si hubiese un afán desmedido por progresar, pero solo era que muchas personas habían decidido que hacen falta más personas ¿sería asi?. Pero estos nuevos seres no tendrán la oportunidad de jugar en las calles sin el peligro de los autos, tampoco podrán cosechar moras, ni ver como los pájaros son libres. Acabo de llegar y las caras toman su semblante de espias y suscitan dudas que trato desde luego de despejar mostrando en mi mano el anillo que me identifica con persona casada y cada que sacó dinero de la billetera la foto de mis hijos. La cuestión es que en el pueblo se practica el sexo como un deporte más y hay en todos lados una presumible y escandalosa traición a los principios, la iglesia está descuidada, igual los escenarios deportivos y todos viven pendientes de la siguiente celebración y si habrá baile o no. Todo este paisaje apresuró mi partida, me felicite por no haber traído a mis hijos ni a mi marido, quise no volver más, extrañé mi ciudad, mi gente y casi que huí por no saber que más hacer, en medio de un ambiente que se inventa a cada momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario