CAFETERIA
MESERA
PAISA
CARLO
MESERA: -¿Qué se van a servir?
PAISA: - A mí un pintado, una almohabana y un cigarrillo sin filtro, ah! y una cajita de chicles
MESERA: - Y a usted señor
CARLO: - Solo un cigarrillo, gracias
PAISA: - Mirá, mirá, mirá... (unas chiquillas pasan sonriendo a los foráneos)
CARLO: - (Se rié) solo son unas niñas
PAISA: - Labor de uno es convertirlas en mujeres
MESERA: - Servidos (pone todo sobre la mesa)
PAISA: - Perdone señorita ¿cuál es la mayoría de edad aquí?
MESERA: - (Piensa un momento) ¿Para hacer qué?
PAISA: - ¿Cómo asi?
MESERA: - Digo, para tomar licor, casarse...
PAISA: - Para tener sexo
MESERA: - Dieciocho años, creo.
PAISA: - Vení vos ¿á qué edad comenzaste?
MESERA: - Un momento (Se hace la ocupada para evadir la pregunta, escapa algo avergonzada)
CARLO: - Vos no puedes ver a nadie contento ¿no?
PAISA: - (Masticando chicle) te apuesto que está no se me escapa (Levanta la mano para llamar a la mesera)
MESERA: - Sí señor
PAISA: - ¿Cómo hago para pedir un servicio especial?
MESERA: - ¿Qué desea? (Se hace la que organiza otra mesa mientras espera la orden)
PAISA: - La deseo a usted ¿cómo hacemos?
MESERA: - No. (Se ofende y va a hablar con el sujeto al parecer dueño del lugar)
CARLO: - Creo es mejor que nos vayamos
PAISA: - Voy a pagar y listo
El tipo extiende un fajo de billetes sobre la mesa, paga con el de menor denominación y ordena que no le den las vueltas, deja además una propina generosa en el tarro, no mira a nadie, sin embargo en cuanto alcanza a su amigo localiza a la chica por entre las mesas y sacando de su boca el chicle tantas veces masticado y salivado se lo lanza acertándole en pleno cabello pero el próyectil solo rebota y cae en el piso y los dos seres se miran fijamente y el otro tipo piensa que es una mirada llena de amor como si uno y otro ser se hubiesen involucrado.
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