Por César Vélez
Ahora mismo les convido a afilar sus pensamientos y en una especie de huelga ser libres y liberar a otros, yo sé que la desgracia nuestra es no poder ver feliz a nadie y sé que se nos calificará de rebeldes sin causa, pero somos seres aventajados intelectualmente porque hemos escrito y leído mil veces la misma historia y esperamos no repetirla. Y en este momento pido no un minuto de silencio, sino un minuto del grito más fuerte de todos para nuestros amigos caídos en la indigestión del sistema. (Grito unánime). Respetamos valores universales como la vida, la libertad y la razón pero no soportamos la inclemente violencia que apaga cada valor. A nadie obligaremos a hacer lo que no le parezca, nuestra literatura es libre de prejuicios y solo buscará que el reflejo de toda infamia quedé documentada, nos vamos a afiliar a esta vida como seres optimistas, sencillos y sobre todo libres y aunque todo esté en nuestra contra brindaremos lo único que nos parece es capaz de desarmar toda mente agresiva: una sonrisa.
Mi gratitud a los líderes de esta idea que se revela aquí y que brillará ya para otros ya que nosotros mismos nos hemos sacrificado y perdido y creo que con ello nos hemos ganado el derecho de regresar en paz y a salvo a donde pertenecemos.
Gracias a todos por escucharme y será hasta otra oportunidad. (Aplausos)
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