Recordado Profeta:
A usted nos dirigimos para comentarle que sus profecías se están cumpliendo una a una y aún la tragedia no cesa. La vida es un enclaustramiento mental letal en donde la naturaleza doblega cualquier fuerza que se enfrente a sus principios elementales.
Seguimos muy felices y muy pobres sin claudicar en el empeño de hacer del todo una nada. En tu época Profeta si fue la poesía la que murió en nuestra época lo que ha muerto es el amor y la poesía viene a ser oficio de ociosos y desesperados.
Algunos desertamos del carisma que ordenaba tirarlo todo por la ventana y luego tirarnos nosotros mismos, estamos tan condicionados que preferimos un litro de gasolina a un kilo de conocimiento. Aunque ya nadie lee pero si escucha pero entiende mal y por eso ha nacido la envidia.
Que triste es contarte que tu amada Colombia es infiel a sus valores y se hipoteca al sistema capitalista para beneficio de unos cuantos, La República se derrumba a cada momento y si no es la violencia ejercida por sus ciudadanos es la bendita pobreza que tiene muchas caras las que no deján surgir a nadie.
Estamos pensando en la misión que un día nos encomendaste pero sabemos que un día vamos a claudicar y abandonar todo por nada y nos iremos asi como asi festejando la vida y con el poco amor que nos quede por nosotros mismos haremos la difícil tarea de ganarnos nuestro destino.
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