Y sea viajando, estando, yendo o viniendo alli esta un libro.
Recuerdo la controversía que se armó cuando dije que entre una mujer y un libro prefería un libro porque se abría más (en sentido figurado), mi orientación sexual se puso en tela de juicio y no pudo ser redimida hasta que no batí la sabana arrugada y les presenté a la musa de mis primeras armas.
Mi virginidad intelectual por otro lado la perdí con "la alegría de leer" y de allí todo fue decadencia, sabía leer pero no escribir y mientras ensayaba mil y una formas de trazar la perfección en el papel participé en un concurso de lectura donde perdí la caja de prismacolor que era el premio y no había premio de consolación porque solo erámos dos los concursantes, sin embargo insistí y al año estaba en la tarima rezando un poema de Rafael Pombo, en todo ese camino siempre tenía a mi lado un libro y hasta el día de hoy sino lo estoy escribiendo llevo bajo el brazo un ejemplar de mi mejor amigo el libro.
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