viernes, 5 de abril de 2013

EL LIBERADOR

Por Xervantex




Solo el que es libre puede libertar. ¿Á quién? a todo el mundo, y solo por el hecho de ser libre yo puedo decir y hacer lo que se me venga en gana, en mí confían los ángeles, las musas y alguno que otro ser más fantástico, lástima que a mí no me toco un hada como campanita; qué haría enamorado de una luminiscencia así. Estoy demasiado drogado, demasiado cerca al nirvana, pleno, majestuoso, contemplo esta vida como el espejo donde nos comparamos la mayoria de veces, y somos tan terribles, tan lacónicos con nosotros mismos y a lo lejos parecemos tan felices, pura envidia, pura fachada. He estado a punto de defender con armas lo que pienso, pero no me hace falta ser violento para saber que lo que pienso es correcto, yo soy un profeta, el hijo de un dios que aún no ha visto extásis, nací de dos orgasmos simultáneos, crecí de milagro y soy justiciero, yo soy lo más cercano a una verdad.

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