Por César Vélez
Comité Experimental
Mentiría si digo que conocí a Alexis, puedo solo decir que era un escritor cínico, que se las ingenio para escribir en papel milímetrado para amargarnos la vida a los que le quisimos leer. La noticia la recibí por allá en marzo cuando me dijeron que Alexito hace dos días se había lanzado de un puente y que ese día en la tarde era el sepelio, y aunque la distancia que me separaba de todo era mucha viajé para rendirle el último adiós.
Un día Alexis y yo estabámos en Armenia y le propuse escribir a dos manos, él y yo, una ópera dual, pero no estando de acuerdo con sarcasmo me dijo que estaba bien y se sentó a escribir mientras me ordenaba preparar el café y de paso unos aguardienticos.
No dejó nota de despedida por eso me dediqué a revisar sus escritos y encontré un cuento cuyo final acaba con el personaje principal tomando la fatal decisión de suicidarse.
El otro día fuí por un trago a la taberna y el dependiente me preguntó por Alexis y yo me alegre pensando lo recordaba por algún motivo genial, pasé mucho tiempo contándole lo buen amigo que era Alexis y luego surtió la duda del por qué me preguntaba por él y con soberbia se digno a decir "es que tiene una deuda de quinientos pesos", entonces le dejé tirando sus mugrosos quinientos pesos y me fuí.
De alguna forma Alexis resucitó en un hijo que alguna de sus novias no quiso confensar ni a él ni a nadie hasta mucho después, pensé que solo nos quedaban sus escritos que ahora a manera de homenaje me permito organizar y publicar para que surta el milagro del recuerdo ya que como él mismo decía "puede suceder que mis escritos le quiten el hipo a alguien ó en fin terminen por matarlo".
Alexis donde quiera qué estés y aún si no estás nuestra promesa esta cumplida, estamos a mano.
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