Eso de que las olas se suelen enamorar del viento es muy cierto.
Dicen que una vez sucedio eso, pero como cada uno es indispensable para que subsista el otro en su orden resulto ser un amor de esos que son imposibles.
Y entonces la cosa no pudo ser porque por ejemplo el viento en virtud de su amor debía hacer siempre que la ola fuese lo más alta y perfecta posible y entonces sucedían catástrofes en las costas.
En cambio la ola trataba de devolver el favor acariciando y refrescando al viento del inclemente sol que parecía celoso ante la relación.
Es posible que algún día sea posible tal romance pero mientras tanto cada cual, ola y viento deberán separarse para cumplir su ciclo ya que tanto las cosas como las personas existen por un motivo y no pueden desviar su camino, de allì quizá se diga que todo lo bueno pasa como la ola por la playa ó como el viento.
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