Por Alejandra Erazo
Por la ventana espío e identificó a los desocupados testigos de una secta religiosa más, los dejó que se ahoguen en sus oraciones y prédicas, aunque quisiese abrir la puerta y reclamarles por contribuir al alborozo del mundo resignado y arrodillado ante una imagen superior, también desearía gritarles que son personas desocupadas que no se hallan sino estafando con sus creencias y que aunque yo respeto mucho el dogma espiritual no comparto que traten de insinuar que por mi fe ganaré algo a cambio. El estrepitoso timbre al fin calla y respiro, pero voy a darme cuenta que en la bandeja de mi correo electrónico hay más basura publicitando la misma prédica, la salvación creo está más cerca de quién ayuda al prójimo colaborando materialmente que regocijándole con oraciones pordioseras.Y salgo a la calle y está la gente a todas horas esperando algo, no intentán siquiera lograrlo por sí mismos, y a todo le ajustan su porción de destinación divina, si hoy acabará el mundo sería noticia que en su infinita sapiencia un ser supremo tomo la iniciativa de acabar.
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