martes, 10 de diciembre de 2013

ENMASCARADOS V

Por: Xervantex






Estamos de nuevo en la calle, tres amigos, y sabiendo que la vida no es nada vemos al horizonte como dispuestos a aceptar cualquier destino que surta ya sea por magía ó de un supremo milagro. El paisa nos va contando que solo pretendió ensuciar la ciudad con sus aviones de papel pero que su Copiloto desertó depronto, el paisa odia lo establecido y no acude a ningún vicio legal, allí está que no ha dormido y sigue opinando igual; les grita a unas damiselas que huyen del sol "tan bonitas y a pie" y excava a voluntad la calle para ver si divisa al patrullero que lo arrestó y reclama "al otro lado de la ciudad estaban violando a una señorita y este patrullero persiguiéndome a mí".

Nos cubrimos del sol en una playa donde venden jugos y apagamos la sed con soda y hielo, dice mi amigo Carlos que tiene el dinero suficiente para volver a su casa con su familia cosa que a nosotros poco importa y lo tomamos en son de réplica como si quisiera decirnos que somos inútiles solitarios que no tenemos nada, en algo tiene razón.

Nos separamos y vuelvo a perderme y cuando voy a preguntarle a un patrullero por alguna dirección escucho por el comunicador que hay un tipo subido en el puente Caicedo que amenaza con tirarse, y que hay en otro lado una mujer en peligro de ser violada. Entonces no espero, le digo al señor patrullero que elija el caso de la mujer porque el man del puente ya no tiene remedio.

Diez años después encuentro al paisa luchando en medio del trópico por enfríar una sopa que hierve.

- ¿Y vos qué haces por acá? -  me dice. Yo siempre quise sorprenderlo, pero siempre el sorprendido fui yo.

"EN MEMORIA DEL COPILOTO DE LA SULTANA DEL VALLE QUE SE FUE A RECOGER AVIONES DE PAPEL AL OTRO LADO Y NOS ESPERA PARA DECIRNOS CUÁNTOS RECOGIÓ Y NOSOTROS DECIRLE A ÉL CUÁNTOS LE QUEDARON FALTANDO"



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