Por: Xervantex
Compramos algo de comer y de tomar y fuímos hasta un hotel en pleno centro de la ciudad, el paisa se ofrecio a negociar el canon del alquiler de la habitación, eran las 3:35 a.m. La consigna del dependiente para no rebajar el valor del alquiler era que al frente había un hotel más económico donde se quedaban las azafatas de una aerolínea, no nos convencio y reunimos todo el capital posible para corresponder a la cantidad de estrellas del hotel "tienen hasta las 2:30 p.m." dijo bravo el dependiente.
En mi sitio me coloqué a sacarle filo a la navaja en pleno piso, el paisa fue a abrir el balcón para enterarse en que piso estábamos y el Copiloto fue a revisar el baño. Hasta que se me ocurrió preguntar "¿Para qué eso de los aviones de papel?" pero nadie me escuchó.
"¿Piensas cortárte las venas?" preguntó el Copiloto mirándome "aún no, además con está arma tiene uno la posibilidad de herirse, espero comprar más allá una arma de más calibre". El paisa volvió, coloco el blog de papel y comenzó a hacer aviones y luego los fue a lanzar por el balcón.
Luego al paisa le dió por dibujar un platillo volador a lo que el Copiloto califico diciéndo "parece una vagina" y ambos se pusieron a repasar con distintos dibujos las vaginas que en su vida había visto, y entre carcajadas compitieron por dibujar la "más perfecta" hasta que me lanzaron un papel a mí, yo les dibujé una vagina como la había visto en el libro de anatomía con sus partes y todo, se quedaron impávidos viendo como la perfección yace solo en los libros y nunca en las mujeres "donde hay mujeres hay problemas" dijo el paisa. "Yo soy un problema" dijo el Copiloto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario