Por: César Vélez
El estrato lo dan los edificios
- Averigüen bien de eso tan bueno no dan tanto - dijo doña Remigia
Pero claro la ambición también tiene cara de perro y van jugando con el dinero y salen perdiendo. El domingo juega el bingo pero más se gana en la gallera que es un kiosco donde se enfrentan los terribles gallos armados con espúelas y picotazos. Pero los dueños de los gallos terminan siempre enfrentados el uno porque ganó y el otro porque perdió y acaban defendiéndose con las espuelas y luego con sus navajas.
Y dicen que eso es deporte entrenar gallos para peleas y luego dicen que es espectáculo pero a los gallos finos que otro uso se les puede dar si por flacos y coloridos no endulzan el caldo.
"Trato es trato" dice un letrero allá a la entrada de la gallera.
Luego vinieron de otro lado a competir y a prometer apuestas imaginarias y luego se escapaban con la plata y les quedaba el gallo muerto de consuelo. En esas andaban los que doña Remígia aconsejaba cuando perdieron pero menos mal el gallo quedo solo golpeado y lo recuperaron a punta de miel y maiz molido y luego el animalito ganó el campeonato devolviendo con creces lo perdido.
Luego llegaron con el Tejo eso si un deporte en el que hay que darle a una mecha hundida entre el barro con una loza redonda y pesada que se lanza desde doce pasos y luego fue la Chaza juego en el que se pasa de lado a lado una pelota de caucho con la mano o una raqueta de madera.
Acá la vida se la pasan unos jugando lo demás es pura apuesta.
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