Por: César Vélez
Uno quisiera creer que todo el mundo es bueno.
Aquel día del incendio se detallaron varias curiosidades: primero que todo se descubrieron objetos robados amontonados en una pila, luego se hallaron varios artefactos y electrodomésticos novedosos y después entre colchones dinero quemado a montones.
La riqueza vivía entonces entre la pobreza. Los Bomberos dijeron que un corto circuíto por la mala conexión en una casa desencadenó todo. Los más astutos cargaron con lo suyo y lo ajeno. Y luego por allá iban y lo vendían. Luego decían que el humo estaba envenenado de tóxicos y por eso había que esperar el retorno a los restos, allá se dice que lo que se quemó fue la marihuana que alguien tenía guardada y que fue en últimas lo que envenenó el humo.
Allá una niña se encontro un cristo de oro con el que a la venta de este pudieron comprar casa, también se encontraron billetes buenos y vestigios de que en medio del caos unos y otros aprovecharon a clamar ayuda sin ser los damnificados. Que tristeza.
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