sábado, 16 de febrero de 2013

EN EL AIRE

Por Carlos Alvárez

Acabo de subirme al avión mi piernas tiemblan, pero me distrae la tranquilidad de las mujeres que se ocupan de organizarse, de sonreír, de olvidar todo. Y cuando el avión inicia la carrera y asciende me hundo en mi puesto y entre dientes musito el Padre Nuestro, confío en la habilidad del Piloto para sortear en el aire cualquier obstáculo, sin embargo por la ventanilla las nubes blancas parecen deshacerse ante nuestra presencia, la Azafata pasa distribuyendo una revista, al recibirla nota el frío y el temblor de mis manos, me mira y parece que quisiera preguntar si es mi primer vuelo, "acaso no es obvio" sería mi respuesta, olvidé tomarme un Whisky, de repente una luz parpada cerca de la cabina y el piloto ordena sentarse y ponerse el cinturón de seguridad y comienzo a recordar toda película de desastres aéreos, y sin pensarlo me posesiono de un pánico contagioso que solo pasa cuando el avión toca tierra y las personas me miran como si fuese un terrorista.

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