sábado, 1 de junio de 2013

DESALMADA MADRUGADA

Por: Irene Valer




Amanezco con dos viejas (cobijas) encima y debajo un viejo (colchón) ebria es más tenaz el sueño, pero la lucecita que se filtra por entre las cortinas me dejan de una pieza. Eso también me pasa por acostarme tan tarde, corrijo a tiempo muy de madrugada. Soy jodida lo reconozco y aislo mi voluntad para hacer lo que se me venga en gana así la gente de abajo me crea una estúpida. En mi plano soy genial, generosa y decidida, ningún hombre me hará parir, desde luego eso también lo dijo mi bisabuela sin éxito, yo soy el testimonio de eso. El licor estaba por los 70 grados, las chicas negamos la borrachera pero comenzamos a portarnos raro, le clavamos las uñas al que sea mientras él intenta clavarnos también algo. Eruditos los seres machos de nuestra especie. Sucumbo a mi prédica pero me niego a madrugar, eso es un castigo divino, no pueden intentar que alguien que tubo una buena noche se sienta culpable porque asome la mañana, no se me ocurren más malas palabras para insultar a la desalmada mañana a todos mis lectores les debo esa farsa.

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