Está bien que a una la relacionen con la cocina y la cama pero en ambas dos locaciones debería guardarse las proporciones de respeto.
Aprendí a cocinar antes que a hacerme el manicure, absolutamente como mujer tengo noción de que tengo la decisión sobre qué preparar y sobre cuál es el tiempo que toma la coción de cada platillo, sin embargo algún día que tuve un agasajo para un círculo de amigos me topé con la prédica de una amiga que se ofreció ayudarme con la cocina y que mirando que un hombre entraba a el recinto lo expulsaba aduciendo que los hombres son extranjeros en una cocina, esta escena me puso a pensar sobre el origen del machismo siendo que finalmente quien educa a los hombres son las mujeres. Desde ese momento comencé a calcular el grado de importancia que tiene una educación integral y lo lamentable que es ver como los hombres en base al poder y la orientación que se les brindó tratar a sus congeneres de su sexo opuesto; lamento que mi generación haya crecido con esas creencias y lo más perjudicial es que se siguen estableciendo patrones cuya implicación en las nuevas generaciones serán más perjudiciales.
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