Por Liliana Montufar
Somos lo que somos, en medio de la vida vamos dejando a veces lo que nos conviene, otras lo que precisamos nos genera más riqueza, más orgullo, más poder, pero la vida siempre descresta con sus tonos, con su manera de intimidar, todo tiene su intensidad y proporción, todo obedece a la energía universal moviéndose como un péndulo, las personas piensan y actúan por un deseo ajeno. No hay un hilo que se precie de moverse solo, si no es el viento es el agua, si no la luz proyectada desde el sol u otro astro más allá de nuestra comprensión. Lo infinito merece nuestra atención a veces avanzar también es retroceder, y buscar es ocultarse más, estamos sujetos a un montón de leyes que nadie entiende que todos intentan explicar, y si una manzana nos hizo salir del paraíso y nos hizo ser conscientes de la ley de la gravedad más allá quizá sea la causa de todo y de nada.
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