Por Mildreth O.
Estoy un poquito deprimida porque nada sé de él. Si aún me quiere, si a pesar del tiempo se acuerda de mí, tengo la certeza de que sí. Pero mi mente no acepta un no por respuesta. Estoy pensando en apostarle al amor lo menos posible, para no salir tan herida, para poder recuperarme rápido, él no se fue, me fuí yo, no hablo de sexo ni nada parecido, ahora lo valoro, ahora sé lo que quería él decir con tanta palabrería, pesa en mi consciencia esa argucia del destino. Aunque en su último mensaje nunca dijo nunca, le sentí un poco bajo de energía, como si sufriera, como si cada palabra mía fuese una hoja afilada para su alma. Me lo imaginé llorando, diciéndose cuán solo estaba, cuán amargado con su pensamiento encendido, eso me terminó de desarmar, aquí tengo su foto y auque estuvo a mi lado aún portaba su mirada triste, dice la cábala que no hay que lamentarse por lo que pasó sino alegrase porque sucedió, esa es mi fortaleza, quizá con el tiempo lo vuelva a ver y de seguro me enamoraré más de él.
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