viernes, 22 de marzo de 2013

ADENTRO

Por Mildreth O.



Entrar a la sociedad es fácil solo tienes que hacer las mismas cosas idiotas de siempre: quejarte del gobierno, desear cosas imposibles, fingir ser pobre y ante todo desear ser diferente, cambiar. Las preferencias dividen, pero una vez adentro te ofende pensar que una estructura como la sociedad esta tal mal hecha que todos se imitan como mimos. La doctrina de que -si te pagan para hacerlo bien lo vale- es pegajosa; la persona más importante en el mundo eres tú, los demás son el relleno perfecto para hacer de esta tierra un lugar hermoso. El comercio te mete por las narices la moda, el estilo, el don de ser inimitable; pero es lo de siempre la suma de los males viene siendo esa forma en que parece que hicierámos mucho por un mundo que hace tan poco, si te esfuerzas mucho nadie te valora, y si no te esfuerzas igual a fin de cuentas te reconocen lo habitual. ¿De qué vale tanto afán? si al fina estamos entre dos caos existir o no existir.

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