Por Sal Maestre
Había una vez un niño al que su mamá todo le consentía, si deseaba algo era complacido de inmediato así el costo fuera alto. Alguien criticó a la mamá pero ella solo argumento que su misión era darle al niño lo que ella no pudo tener. Sin embargo como el niño iba creciendo las cosas que pedía se iban también incrementando y entonces la mamá ya no podía conceder de inmediato todo cuanto se le pedía, y comenzó entonces a pensar que había hecho mal en educar a su hijo así. Aunque tarde tuvo que ocurrir algo grave para que su hijo se diera cuenta que los papás no siempre tienen la razón.
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