jueves, 21 de enero de 2016

NIPLO

Por Coralín

El Niplo quedó destripadito en la calle, la buseta le fracturó la vertebra sacra. Era un niño que hacía los mandados en la plaza, se reía hasta de él mismo, y tan pronto se le encomendaba la misión salí todo afanado, sus paticas parecían dos rotores de aviones, volaba, pero esta vez no alcanzó a evadir el tenaz bólido que le partió hasta el alma, y dicen que el Chófer lo fue a ver pero la criatura yacía aún malherida moviéndose intentando coronar su última misión, el papelito de la compra había quedado en el andén, el Chófer se lo alcanzó pero el Niplo lo escupió y luego se sonrió, allí quedó con los ojitos en blanco, mientras los que iban en la buseta contemplaban la escena y rogaban por el alma del desdichado. ¿Por qué será que los buenos se van primero y solo quedamos nosotros los malos? 

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