Por Jonh Jay
Te has preguntado cuánto vale tu tranquilidad, yo si.
Se acerca un chico y te pide trescientos y te niegas a dárselos en primer lugar porque dice que son para una cosa y bien sabes que son para algo perjudicial: droga por ejemplo. En segundo lugar el chico podría trabajar y en tercer lugar no le facilitarás la vida a nadie.
El chico se va averigua donde vives y por la noche rompe un vidrio de tu casa con una piedra.
Tienes que comprar un vidrio nuevo que te costará más de trescientos.
Si solo le hubieses dado los trescientos al chico. Quizá hoy no tendrías que reponer ese cristal. Pero quizá el chico a esta hora yaciera muerto por una sobredosis o quién sabe.
Hay que pensar en todas las posibilidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario