Por Aley Escobar
Nuestro corazón se desmorona a la desazón del amor,
y es que el instinto es conservación y renuncia,
selectiva impone la razón con odio de lo que no es,
alma nuestra que se fragmenta en dos mitades.
Mentira!
Aún sin amor se vive.
Se suele sufrir igual o ir a parar a el fondo a esperar,
no hay mitades, estamos tan completos, enteros.
Y malgastamos el tiempo haciendo caso
y frente al fracaso nos rendimos vencidos.
Hay que encontrar donde vivirlo todo.
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