Por Charlie
Esta mañana la gallina de la doña estaba como enferma ni el gallo la tocaba, y entonces voltio la cara y guiño el ojo, se fue con las plumas en medio de las piernas, y entonces la doña me mandó por la pastillita milagrosa, pero yo corrí a la farmacia de lejos. Lástima por la gallinita que tuvo que esperar pero es que parece que la doña me tiene como ganas y se quiere aparear conmigo, la vieja no esta fea, lo que le falta eso si es gracia, y un diente. Hasta huele rico y yo creo no le llego al calibre, yo soy un 32 corto, pero puede haber sorpresa! Yo bien huevón vuelvo con la pastillita para la gallina se la machacamos entre los dos y luego le hacemos tomarla con un poquito de agua, no más nos vemos queremos darnos un beso, pero la gallina se sacude y ya esta bien. La doña y yo amanecimos en la misma cama, con el guayabo encendido y la vergüenza de haber hecho algo malo. Luego fue mejorando, y ella se iba acostumbrando hasta que después decía le dolía la cabeza y yo iba por la misma pastillita que le dimos a la gallinita. Yo no soy gallo, soy un pío, pío o sea un pollo.
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