Por Omma Char
Un día se le apareció a un rico un fantasma y le impuso un reto: solo vivir con lo necesario.
El hombre un avaro en potencia hizo trampa, lleno toda su fortuna en un colchón y todas las mañanas rasguñaba un billetico para comprarse algo, pero un día que no tuvo cuidado con su cigarro se armó un descomunal incendio que quemó el colchón y toda su fortuna. Y entonces tuvo que recurrir a sus amigos que despectivamente algunos de ellos mostraron la espalda. Entonces entendió el hombre que solo de riquezas monetarias no se puede vivir, sino hay que cultivar la máxima de las riquezas: la amistad.
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