Por Alina Par
Tan humanos como monstruos,
pernoctan en el mundo tosco,
lejos sus deseos y sentimientos,
se dicen invisibles y son cautos.
A la velocidad del pensamiento,
convergen e incitan al odio,
descrestan con sus posesiones,
vacíos yacen en el fondo.
Viven para si una existencia,
no aceptan complacencia,
el otro no es importante,
el yo es la trascendencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario