Por Alina Par
Visto esto fruncí el ceño y evadí cualquier cariño,
más engañada no pude estar, ciega y pérdida,
en el oscuro manto del delirio, de la eternidad,
blanca empañada lívida, con la mentira exhibida.
Entregue el corazón y me lo devolvieron herido,
estúpida traición la que sucede en el paraíso perdido,
la Eva insurrecta y la serpiente condenada libre,
la mujer es la que llora desconsolada y desterrada.
Decisión tomada y a extrañar lo perdido por el fruto,
y es el amor el que salva, pero también es verdugo
porque el que hace la paga al costo máximo,
recapacita el traidor que ya no puede dar explicación.
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