jueves, 1 de septiembre de 2016

Rumba Discreta

Por Laura Flor

Laura Flor Saénz, 18 años, estudiante de artes plásticas y pintura, alterna su labor con la escritura.

La maniática: "No olviden perfumarse allí, es donde ellos besan más"

La callada. - ¿Y quién te dijo que a eso íbamos?

La turbia: Tomaremos un poco, luego pretenderemos estar muy ebrias y despistadas a ver qué pasa...

El sótano es un enjambre de seres móviles que danzan, la música es horrorosa, las copas huelen a orines.

La maniática: "Simulen estar felices, busquen pareja, ¡ta,ta,ta, que rumba!"

La callada. - yo me voy a apegar a la barra y de allí no me saca nadie...

La turbia: Yo ya vi lo mío...

Las chicas se dispersan, la maniática le indica a un chico a la callada para que la saque a bailar, la turbia ya esta en la pista estrenando los pasos que ha practicado, deslumbra su facha. La callada se derrumba, la turbia corre en su auxilio, van afuera a tomar un poco de aire.

La callada. - Tranquila no pasa nada, es que el chico con el que bailaba no se sabe el paso y mejor muerta que hacer el oso...

La maniática sale con el vestido medio roto, pasa por a lado de las chicas dispuesta a irse...

La turbia: ¿Bueno y qué paso allá dentro?

La maniática: "Nada que el tiburón atrapo la red y quiso su bocado"

La callada. - La diversión de ellos va por otro lado

La maniática: "¡Qué tal ¿no?!" 

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